El perro de las 48 tortas

Tuesday, July 18, 2006

UNA SABANA BLANCA


Una angustia

profunda y lenta

un helado

agudo sentimiento

de pobreza y soledad muy ancha

yo, mi alma y un atónito ángel de la guarda

mirando que me voy a acostar

sin persignarme.

Ni las estrellas ni yo

nos movemos con el viento de ventiladores

ni los grillos se van

ni al gato le importa

y las flores se duermen

y me tiemblan los dedos.

La cruz de madera

(donde pendía mi cuerpo flaco)

se me extravió...

he estado perdiendo cosas

la maldita almohada no contesta

mis preguntas

porque está cansada

porque es de noche

me arropo hasta la cabeza

y sin sentarme digo muy despacito:

ángel de la guarda

dulce compañía

no me desampares

ni de noche

ni de día

amén

y no me duermo.

1 Comments:

At 2:04 PM, Blogger Pablo Aldaco said...

Entonces, habrá que rezarle a lo que realmente te haga dormir. A un ángel eficiente y diligente, por ejemplo. O cuenta, si te ves obligado a usar la última alternativa, como los niños niños o los niños que adultos son, cochinitos o corderitos.

 

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