El perro de las 48 tortas

Wednesday, December 20, 2006

Alzan sus manos peludas

los árboles

hacen equilibrio

en una pierna

para alcanzar el cielo



Las manos cristalinas

que tiene el pensamiento

mezclan el tibio amor

con el color del aire



(Como

el cielo tiene

entrada libre

y el mar abre

todos los días

el suelo

sostiene mis ojos

panza arriba)



Ella

sus cabellos todos

amontonaditos encima de la cabeza,

su nariz semiaguileña

en medio de la cara,

su sonrisa al revés



Mi vida forma ríos

con mi sangre y canta



Yo quiero ser su amor

no quiero ser ante su puerta

un perro café



Detrás de su puerta está

todo el amor que jamás he visto

y lo de adentro de todas las piedras



Lo platicaba ya el agorero aplaudir

de tus pestañas

tu blanca mano

se fué diciendo adiós



Ella viene para siempre

y me ama como puede

cuando por mujer

y me perfuma

canaria y femenina



Al ver quemado

el oro que cocino

y vegetales joyas y almidón

no tengo ya manera

de disfrutar

la lucha de juguete ni

a los pequeños gatos ni mamá



Ave de sol pequeño

como huesped en silencio y amarillo

se paró en mis manos

cruzó la ventana de mi corazón

a la cocina

y abrió de cantos la luz de la mañana



Se me ocurrió un frío

que abrigues y

he estado hablando con

la boca llena de besos



Dormirme largo

respirar muy pronto

roncar a toda prisa

usar la cama hasta gastarla y

aliviarme si es preciso

luego buscarte

o ya dejarte sin amor y sin problemas



Toma

aquí están los dedos de mis pies

podrás construir en ellos

a tu gusto

el muro de las indiferencias



Sonrío entre poemas tristes

y danzo

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